Le Ceden El Asiento A Una Mujer Embarazada, Pero Luego Pasa Esto…
Revisando El Vagón
Jenna no hizo ningún sonido, pero su mirada recorría frenéticamente el metro en busca del hombre del canguro negro que le había cedido su asiento. Aún debía estar en el tren, ya que no habían hecho ninguna parada desde que Jenna subió. Finalmente, lo localizó al final del vagón.
Estaba de pie entre un pequeño grupo de personas, su presencia oculta parcialmente por la multitud. Jenna sintió un escalofrío al identificarlo, y la urgencia de la situación creció al darse cuenta de que el hombre estaba justo allí, en el mismo tren que ella. El pánico comenzó a apoderarse de ella mientras intentaba mantenerse discreta y encontrar una forma segura de enfrentar la situación.
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