Le Ceden El Asiento A Una Mujer Embarazada, Pero Luego Pasa Esto…
Intentando Ignorar La Situación
Al principio, Jenna asumió que los golpes eran simplemente obra de unos niños jugando, una pequeña molestia que tendría que aprender a tolerar con la llegada de su propio bebé. Intentó mantenerse tranquila y continuar con la revisión de su correo electrónico, esforzándose por ignorar los constantes impactos que sacudían su asiento.
Sin embargo, cuando los golpes se hicieron más intensos y comenzaron a sacudir su respaldo con una frecuencia perturbadora, Jenna comprendió que no podía seguir pasándolo por alto. Decidió que era hora de enfrentar la situación. Con un suspiro decidido, se preparó para intervenir y resolver el problema, consciente de que no podía permitir que esta perturbación arruinara aún más su ya complicado día.
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