Le Ceden El Asiento A Una Mujer Embarazada, Pero Luego Pasa Esto…
¿Estoy A Salvo?
Jenna pensó que estaba a salvo en ese momento, pero una gran sorpresa la esperaba en el futuro cercano. La sorpresa llegó alrededor de una hora después. Jenna, ya un poco más tranquila y sentada en su silla favorita, escuchó el timbre de la puerta.
“¿Quién podría ser?” dijo Jenna nerviosamente, sintiendo cómo la ansiedad volvía a apoderarse de ella. El sonido del timbre resonó en la casa, y sus pensamientos se agitaron nuevamente. ¿Podría ser el hombre que la había seguido? La incertidumbre y el temor regresaron con fuerza mientras se acercaba a la puerta, preguntándose qué le depararía esa inquietante visita.
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