Le Ceden El Asiento A Una Mujer Embarazada, Pero Luego Pasa Esto…
Un Pedido Aterrador
Jenna dejó escapar un pequeño grito al mirar a los ojos de aquel hombre buscado. Pero no había tiempo para asustarse; la situación requería rapidez y claridad. Marcel, con una expresión desesperada, le rogó a Jenna que se mantuviera tranquila y en silencio.
Luego, le preguntó si los policías se habían ido y, de manera educada, solicitó entrar en su casa. Su tono era urgente pero controlado, y aunque su presencia era aterradora, parecía estar buscando una tregua en medio del caos. La mujer, atrapada entre el miedo y la incredulidad, se enfrentaba a una decisión que podría tener consecuencias graves.
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